Recompensas basura, a la palestra
Las (buenas) recompensas son a tu campaña de crowdfunding lo que el whatsapp a tu smartphone, imprescindible para tener contento al usuario (al mecenas, si trasladamos el concepto a nuestra jerga)
Y véase por favor que entre paréntesis hemos resaltado la palabra buenas. Parece cosa de lógica que el contenido que se va a entregar al mecenas a cambio de su aportación deba ser algo atractivo, abundante, equiparado al precio que se pide por él. Lo parece pero no siempre lo es querid@, de modo que hemos creado este post para desenredar la siguiente cuestión ¿qué es una buena recompensa? o mejor ¿qué NO es una buena recompensa? Mucho más divertido, dónde va a parar.
1.- Inflar las recompensas a base de agradecimientos. No funciona. Pedir 5 o 10 euros a cambio de nombrar al mecenas en nuestra página de Facebook, perfil de Twitter o web está genial, pero la cosa debe quedar ahí. Pedir 20, 50 e incluso 100 euros (lo hemos vivido) es sacar todos los miembros del tiesto. Los mecenas son las personitas que van a hacer realidad nuestro proyecto, merecen una compensación adecuada por la confianza ciega que depositan en nosotros al apoyarnos económicamente. Demostremos nuestro compromiso con ellos con recompensas a la altura de esa confianza.
2.- Pedir una cantidad desorbitada para un contenido escuálido. Lo que nosotros llamamos tirarse un triple. Si tu intención es entregar al mecenas una camiseta, un colgante, una gorra no puedes colocarte en la friolera de los 200 euros, ni en la de los 100 y en muchas ocasiones tampoco en la de los 50 euros. Por la simple razón de lo que no lo valen.
Como tampoco vale pedir 50 euros por enviar una copia física de un cd o libro físico al domicilio del mecenas. La tónica general habla de cantidades que rondan los 20 euros, euro arriba euro abajo, parta este tipo de recompensas. Los mecenas lo saben y si detectan algo turbio en relación al precio simplemente no apoyan.
Haz un ejercicio de reflexión y colócate en la posición contraria, en la que tú eres el mecenas ¿pagarías esta cantidad por una gorra, un CD o un libro impreso?
Vaya por delante que siempre hay excepciones, que si el proyecto en cuestión está basado en el lanzamiento de una nueva firma de ropa, por ejemplo, es más que comprensible que las prendas tengan un precio en relación a la marca, pero siempre debe estar equiparado con el producto que se ofrece.
3.- El contenido de la recompensa carece de interés para la inmensa mayoría. Esto ocurre cuando el proyecto que se pretende financiar es de carácter personal. Por ejemplo “Necesito 3.000 euros para batir el récord de ingesta de Coca-Cola en un concurso que se realiza en la ciudad Tal, como recompensa ofrezco una foto mía, que soy Fulanito y me conocen en mi casa a la hora del almuerzo, alzando el trofeo” (WTF) ¿Ejemplo exagerado? Lo dejaremos en que es un caso cercano a la realidad. Esto no funciona.
4.- La recompensa no tiene nada que ver con la temática del proyecto. Si tu idea consiste en lograr fondos para llevar a los teatros madrileños tu primera obra no puedes ofrecer a cambio unas pulseritas a base de piedras de cuarzo. Leñe, entrega a tus mecenas las entradas a la obra, al estreno, a una farra con los actores, a una clase de interpretación con el protagonista…las opciones son infinitas, pero nada de pulseritas.
5.- Poner una única recompensa y santas pascuas. No debemos olvidar que la cantidad económica que necesitamos para sacar adelante el proyecto está directamente relacionada con la cantidad de recompensas que debemos ofrecer. Veamos un ejemplo, necesitamos 15.000 euros para organizar un evento a nivel local sobre marketing y redes sociales, lo que no podemos hacer es incluir una única recompensa de 30 euros para entrar al evento porque necesitaríamos 500 apoyos como mínimo. La cosa cambia si ofrecemos por 30 euros la entrada, por 60 la entrada más alojamiento en la ciudad, por 300 un patrocinio básico, por 600 euros un patrocinio premium…se trata de minimizar el riesgo de necesitar demasiados apoyos.
6.- Basar las recompensas en descuentos. No, no y mil veces no. Por 50 euros tendrás un descuento del 10% en mi tienda online. En esta frase lo único que ve el mecenas es que tendrá que pagar 50 euros de primeras y después volver a pagar si quiere hacer efectivo el descuento ¿no resulta muy atractivo verdad? Cosa diferente es si, además de un producto o servicio equiparado a esos 50 euros, le entregamos un descuento para su próxima compra en tu tienda online. Así, sí.
No nos cansaremos de repetirlo: las recompensas son uno de los pilares sobre los que se fundamenta el éxito de una campaña de crowdfunding. Merece mucho la pena trabajarlas.